Nunca hubo silencios más elocuentes que los míos, ni persona más inadecuada que tú para entenderlos. Y no puedo culparte. Se necesita muy poco para leer una mirada cuando ésta se posa en nuestros ojos, pero sólo quien conoce el lenguaje del miedo es capaz de comprender aquella que le esquiva tenazmente para clavarse en el suelo. Hace falta haberlo sentido, sufrido, padecido mil veces para entender que el verdadero silencio no se lee en los labios, sino en el latido desaforado pero rítmico que nace en el corazón, y que se vuelve canción cuando faltan las palabras. Hace falta, en fin, haber callado para leer en el vacío aquello que no se dice...
Quizás nunca hubo palabras más claras que las tuyas, pero no hubo una persona más inadecuada que yo para escucharlas. Sólo quien ha sido capaz de vencer el miedo de dejar hablar a su corazón, puede entender lo que otro corazón está diciendo, sea cual sea el lenguaje que éste utilice. Y yo nunca pude superar el miedo ancestral de que adivinaras lo que siento, para intentar leer en tus ojos lo que sentías tú. Hacía falta una sonrisa que no temiera marchitarse en los labios, aún frente a tus silencios, aún cuando no fuese correspondida... una caricia que no se muriera temblando en mis manos... Me hizo falta abandonarme en tu mirada, sin miedo a perderme en ella... Me hizo falta, en fin, haber dejado de callar y pretender que fueras tú el que leyeras en mí...
Nos hizo falta entendernos. Nos sobró orgullo para hablar claro en lugar de inventar traducciones tontas. Nos faltó el valor para mirarnos a los ojos y preguntarnos lo que no sabíamos... Nos sobraron motivos para no hacerlo. Nos faltó, en fin, el haber querido en verdad entendernos...
Así es, Sira... Pasa muchísimo. Gracias por tu apoyo 😘
Me encantaaaa 🥰🥰 nos faltó en fin... entendernos! 😢