"...Bess tenía un rostro fácil de descifrar. Y mientras estaba junto a Ricardo en el patio iluminado por antorchas, su único pensamiento era reconfortarlo, estaba a la vista de todos. Conque en efecto lo ama, pensó Isabel maravillada. Lo ama pero no lo sabe, ni siquiera se lo ha confesado a sí misma. No quiere o no puede lidiar con sus sentimientos, así que los niega, sin darse cuenta de que se delata cada vez que sus ojos se encuentran [...]
El pesar cobra muchas formas —susurró [Bess] —. Te equivocabas, Dickon, te equivocabas. Yo te amaba de veras..."
Por La Gracia De Dios
Sharon Kay Penman
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