Querido lector
Hemos llegado al final de este viaje, o al menos, a la parte de este en la que hemos de caminar juntos. A estas alturas has podido conocer la obra maravillosa que el Señor Jesucristo hizo por nosotros, así como nuestra propia posición moral ante Él como raza humana, todo ello expuesto a la luz de las Escrituras.
Mas las Buenas Nuevas de Salvación, aunque nos hablen del hombre en general, requieren una respuesta personal de aquél que las recibe, ya que Dios desea establecer una relación íntima y única con el hombre, y la respuesta a esta invitación en tu propia vida solamente puede provenir de ti. Sea que sientas la necesidad de aceptar la salvación que Dios ofrece o que la rechaces, este es un asunto ente tú y Dios. Nadie puede hacerlo por ti; es una cuestión del corazón.
Por tanto, yo te invito hoy a que examines en lo profundo de tu ser y descubras cómo ha hablado a tu vida la Palabra de Dios expuesta en este espacio. Si esta te ha convencido, y en tu corazón deseas obtener el perdón de tus pecados para vida eterna, busca al Señor en oración con toda tu alma y pídele que entre a tu corazón, sabiendo y creyendo que Él puede salvarte. No hay fórmulas ni palabras mágicas, u oraciones preestablecidas. Solamente dile lo que hay en tu interior, y si en verdad hoy reconoces tu necesidad de salvación y crees en Jesús como el único camino, puedes estar seguro que desde hoy habrás pasado de la muerte a la vida.
Espero que esta pequeña colección haya sido de utilidad para tu viaje espiritual y que de ahora en adelante goces de eterna libertad en Cristo Jesús a través de su obra.
Este es el mensaje que hemos recibido
Y podemos tener confianza en su fidelidad;
Son las Buenas Nuevas que al mundo se han ofrecido:
Salvación eterna del pecado; voluntad de parte de Dios para bien y no para mal,
Para aquél que entregue su vida a Señor Jesucristo
Y a su invitación responda con sinceridad.
Si confiamos en su Palabra y nos acercamos con seguridad,
Él dará cumplimiento a lo que ha prometido
Y de la condena eterna nos redimirá
¡Una mejor promesa no encontraremos jamás!
¡¡Dios te bendiga!!
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